A principis de setmana vàrem escriure aquest article i l'enviarem per a
la seva publicació a Diario de Mallorca, a Última Hora, i a Diario de Menorca.
De moment només aquest últim l'ha publicat parcialment. Àdhuc en el cas que en
els dies vinents ho publiquin haurà perdut molt "sentit de
l'oportunitat". Per aquesta raó el públic en aquest bloc.
La República Bolivariana de Venezuela está en una encrucijada. La disputa
es mantener, profundizar y perfeccionar la Revolución Bolivariana o, por el
contrario, retroceder y renunciar a los avances en los aspectos socializantes
de los medios de producción, la diversificación productiva, la participación
popular en las decisiones económicas, y la dignificación a los trabajadores y
las trabajadoras.
Más allá de lo que los grandes aparatos propagandísticos del neoliberalismo
internacional nos cuentan, lo que verdaderamente está en juego en Venezuela es
si las instituciones legitimadas para ello consiguen un blindaje
jurídico-político constitucional que imposibilite la pérdida de derechos
conquistados y dificulte la vuelta al modelo rentista y extractivista previo a
la revolución que lideró el presidente
Hugo Chávez.
Aun siendo conscientes de los errores cometidos en los últimos años que
pueden haber contribuido a hacer peligrar en parte los objetivos democratizadores
y populares de la Revolución Bolivariana, lo fundamente ahora mismo es tener
presente el hecho de que el presidente
Nicolás Maduro está haciendo frente a una poderosísima oposición interna
(que ha rechazado cualquier mediación incluida la del Papa Francisco) e
internacional. EL objetivo de esta implacable oposición lejos de -como
proclaman- democratizar Venezuela, no es otro que derrotar a la revolución,
apropiarse de los bienes naturales estratégicos, crear una discurso justificativo ante la ciudadanía mundial de
una intervención militar que instaure una violenta contrarrevolución, y
enterrar la posibilidad a corto plazo que los pueblos del mundo, especialmente
de Latinoamérica, puedan avanzar por el camino de la liberación y autodeterminación.
El “golpe de estado institucional” que, con la destitución de la presidenta
Dilma Rousseff, se produjo en Brasil forma parte de esta misma estrategia.
Siendo conscientes de la gravedad y
complejidad de la situación por la que atraviesa el pueblo venezolano (la ola
de asesinatos perpetrados por grupos
paramilitares no hace más que añadir dramatismo a la grave situación), no
podemos dejar de apoyar la decisión, del presidente de la República Bolivariana
de Venezuela de impulsar una nueva Asamblea Nacional Constituyente que
permitirá profundizar el proceso revolucionario, potenciar el poder popular,
frenar los intentos golpistas de la derecha, y parar los pies a los intereses extractivistes
del capital transnacional.
Al tiempo que reiteramos nuestra solidaridad con los logros de la
Revolución Bolivariana, manifestamos que el pueblo de Venezuela tiene todo el
derechos a autodeterminarse y, por tanto, a ejercer el derecho al voto para la
constitución de la nueva Asamblea Nacional Constituyente. Igualmente el pueblo
venezolano tiene derecho a que todos los actores políticos y sociales internos
y externos de Venezuela respeten los resultados de tal votación.
Este es, a nuestro entender, la única forma de solventar de forma pacífica
y verdaderamente democrática la encrucijada actual en Venezuela. En definitiva cabe apostar por una salida no
golpista, que profundice en los avances democráticos de la Revolución Bolivariana,
que garantice que los recursos estratégicos de Venezuela queden bajo la titularidad pública, y no en manos
de empresas trasnacionales.
Mallorca y
Menorca, 27 julio 2017
Gerardo
Moyá (Presidente de la Casa de Amistad de Baleares-Cuba y militante del
PSIB-PSOE), Rafael Borràs (activista
social), Bartolomé Sancho (Presidente honor de la Casa de Amistad de
Baleares-Cuba), Laura Camargo (diputada autonómica de PODEM), Lorenzo Bravo (ex
secretario general de UGT-Balears), Sara Casero (activista social), David Abril
(educador y diputado autonómico de MÉS per Mallorca), Alberto Jarabo (diputado
autonómico de PODEM), Antonio Casero (jubilado y activista social), Juanjo
Martínez (geógrafo y coordinador general de Esquerra Unida de les Illes Balears)
y Carlos Saura (diputado autonómico de PODEM).
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