He reiniciat la col•laboració amb la Federació Estatal d’Hoteleria i Turisme de CCOO (FECOHT-CCOO). Intentaré aportar alguna cosa al debat sobre el turisme i el treball...
Los próximos días 28 y 29 de octubre se celebrará en Palma de Mallorca el primer Congreso Nacional de Derecho del Turismo. Según el programa del evento, que se puede consultar en http://www.icaib.org/, se tratarán los siguientes temas: El turismo frente a la crisis económica, la ordenación del turismo, el transporte aéreo de turistas, la contratación turística, las tendencias y problemas en el sector, la protección del turista como consumidor i acabará con un análisis de situación y futuro del sector. Entre cócteles, comidas y cenas varias, los organizadores no han incluido ningún tema a debate sobre las personas que trabajan en el sector. Al parecer nada se va a discutir sobre las relaciones laborales, el empleo, la formación o la cualificación de los trabajadores y las trabajadoras del sector turístico. Sin duda es un olvido imperdonable. Pero quizás no es mala noticia ya que en los tiempos que corren si en estos foros, tan institucionales y con tanta presencia empresarial, se debate de relaciones laborales seguro que es para reivindicar más precariedad, si lo que esta en debate es el empleo seguro que se organiza un piquete para solicitar más abaratamiento de costos laborales y si lo que esta en debate es la formación seguramente se acaba ablando de su privatización… En cualquier caso conviene seguir los debates para poder evaluar las conclusiones y poder vislumbrar si este primer congreso tendrá continuidad. Si es así convendría que las próximas ediciones tuvieran un contenido algo más social y se diera la voz a los sindicatos.
En la mesa del congreso dedicada a ordenación turística habrá una ponencia a cargo del Catedrático de Derecho Administrativo D. Avel•lí Blasco Esteve que versará sobre “La reconversión de los destinos turísticos maduros: el caso de la Playa de Palma. Precisamente la reconversión de la Playa de Palma ha sido el tema político, económico y social del verano mallorquín. Efectivamente, el verano de 2010 pasará a la pequeña historia turística de Mallorca por ser el verano de la presentación del proyecto que se puede consultar en http://www.consorcioplayadepalma.es/.
La Playa de Palma es un ejemplo de manual de lo que, en ámbitos académicos, se denomina final de la vida en la evolución un destino turístico por haber llegado a su obsolescencia, pero también es un ejemplo de catón que –en los términos explicados en la teoría de R. W. Butler sobre El ciclo de vida de los destinos turísticos- es perfectamente recuperable si se le aplica un proceso de reconversión en profundidad. El proyecto presentado está en esta lógica pero tiene una gran complejidad por lo que, entre otras cosas, ha requerido una ley autonómica para poder actuar urbanística y turísticamente salvando la complegidad administrativa de la gran dispersión de competencias que sobre estas materias tienen las distintas administraciones (estatales, autonómicas, insulares i locales). Sin duda este proceso de reconversión será complejo, habrá algún error, más de una carencia y podrá (ya lo hace) propiciar muchos debates técnicos, científicos, jurídicos, políticos y sociales, pero en mi opinión, el proyecto ahora sometido a exposición publica, incorpora la sostenibilidad medioambiental práctica y no retórica; la calidad como estrategia competitiva, y por eso hay una apuesta por la formación y el conocimiento; por la excelencia más allá de las palabras para impulsar, tal vez no suficientemente, la innovación empresarial; y el factor del trabajo, la calidad del empleo y la cohesión social se plantean como una de las palancas del cambio. Con estos ingredientes, con voluntad política -que parece que la hay- y con financiación suficiente -que parece no faltar- tiene muchas posibilidades de ser un éxito. Pienso que el principal problema para el posicionamiento competitivo del turismo balear y de buena parte de las zonas turísticas españolas es el agotamiento de la capacidad de sorpresa de unos productos turísticos que ya no tienen los sorpresivos encantos del siglo pasado y que, a la vez, arrastran serios problemas de adaptación a las nuevas demandas de los potenciales clientes. Si eso es así, es fácil concluir que se requieren procesos de reconversión y no de meros embellecimientos cosméticos.
Por el empleo y la cohesión social se tendrán que superar las dificultades, incomprensiones i las múltiples tentaciones especulativas y de intereses políticos a corto plazo que este final de verano se han desatado en torno al proyecto de reconversión de la Playa de Palma. Nos jugamos el futuro.
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