Conviene no dar pátina de oficialidad a las previsiones que hace World Travel & Tourism Council (WTTC, Consejo Mundial de Viajes y Turismo, en su traducción al castellano), pero lo cierto es que la experiencia nos indica que esta asociación de líderes empresariales de turismo suele acertar en sus análisis y pronósticos. Tanto es así que, en mi opinión, se ha convertido en una referencia de consulta cuasi obligada (que puede hacerse en http://www.wttc.org/). Pues bien, las estimaciones de WTTC en materia de empleo son que el turismo creará cerca de 66 millones de puestos de trabajo en el mundo de aquí a 2020. Pero, de este ingente volumen de empleo nuevo, sólo el 5% se creará en Europa ya que el crecimiento del PIB turístico mundial es muy dispar de tal forma que el 73,7% del empleo de los próximos diez años se creará en Asia. No es pues extraño que Europa manifieste cierta preocupación por cómo se está repartiendo internacionalmente el crecimiento turístico y así se ha puesto de manifiesto en el recientemente celebrado Foro Europeo de Turismo . En este mismo sentido, a finales de junio la Comisión Europea hizo su primera comunicación sobre turismo en la que afirma que “Europa debe seguir siendo el primer destino del mundo, capaz de valorizar la riqueza y la diversidad de los territorios que la componen” no sin antes haber afirmado que “la industria del turismo ha puesto de relieve una serie de problemas a los que debe enfrentarse el sector turístico europeo”.
En España los temas importantes, pero secundarios, como la inexistencia de un Ministerio propiamente de Turismo (muy reivindicado por los empresarios) o el que se haya rebajado de rango a la máxima autoridad política del turismo español (que ha pasado de Secretaria de Estado a Secretaria General), no nos debería despistar de lo fundamental que, en mi opinión, es la capacidad de generación de empleo estable y cualificado de nuestra industria turística. Con demasiada frecuencia nos enfrascamos en debates que orillan este asunto central. Veamos algunos ejemplos.
Hace años que se viene teorizando que la irrupción de Internet revolucionaría la comercialización turística y que, consecuentemente, el turista sería más exigente y selectivo con los servicios adquiridos y eso repercutiría favorablemente en la cantidad y calidad del empleo. El caso es que parece ser que estamos, con un crecimiento del 1% en los primeros nueve meses de 2010, en presencia del primer repunte en los últimos diez años de visitantes extranjeros que viajaron con paquete turístico y no se ha producido un gran cambio en la composición del empleo.
Otro debate, éste más reciente, es el relativo al Todo Incluido. En este caso hay que reconocer que su progresivo aumento no ha ido acompasado con una disminución del empleo ya que en el año 2009, que fue un año de aguda crisis de empleo y de fuerte incremento del Todo Incluido, la población ocupada en turismo descendió en menor magnitud (-2,3%) que en la economía general (-6,8%) y de forma similar al descenso en el sector servicios (-2,5%). Otra cosa es la calidad del empleo pero, en cualquier caso, vale la pena dar un vistazo al Informe sobre empleo del Instituto de Estudios Tuirísticos.
Para acabar con los ejemplos citaré uno recurrente relativo a la necesidad de diversificación de la oferta turística española, cuando, en mi opinión, lo que verdaderamente repercutirá en el empleo y en la cohesión social de un buen número de zonas de España es el acierto que se tenga en diagnosticar los mercados y las demandas de la clientela potencial y en ejecutar procesos de reconversión integral de zonas turísticas maduras como es el caso de la Playa de Palma en Mallorca.
En estas cuestiones a debate los intereses en juego son muchos y poderosos, son los que anteponen el beneficio a la cohesión, la especulación a la inversión o el rédito electoral a la estrategia de la competitividad sostenible. De la correlación de fuerzas depende el cómo se resuelven estos asuntos y, de momento, lo cierto es que se sigue invirtiendo más dinero público en promoción turística que en hacer potentes diagnósticos de los mercados y que la reconversión de la Playa de Palma ha sufrido un serio tropiezo al haberse aprobado la suspensión del Plan de Reconversión Integral .
En cualquier caso, desde el ámbito del sindicalismo no se debería olvidar que ya no es posible tratar el fenómeno turístico español sin la lógica industrial que ha adquirido el mismo. Por tanto, difícilmente acertaremos en lo fundamental que, insisto es la capacidad de generación de empleo, si no entendemos la interrelación existente entre multitud de actividades privadas y publicas. Para el empleo turístico, creo yo, los tres aspectos interrelacionados más importantes, aunque no únicos, son:
El primero es que nuestro futuro turístico a medio plazo puede depender de las políticas contra los efectos del cambio climático que se hagan. El segundo está relacionado con lo fundamental que es la conectividad aérea para la mayoría de los destinos turísticos masivos, especialmente, para los insulares y, en este sentido, adquiere una gran importancia el mantenimiento del carácter público de AENA con la incorporación de las Comunidades Autónomas a la gestión de los aeropuertos y la aplicación de tasas aeroportuarias inteligentes. Y el tercer, pero más importante, ámbito de interrelación es el que tiene el turismo, como conjunto de actividades que generan empleo, con la robustez de los sistemas de bienestar europeos. En la medida que se impongan y se prolonguen en el tiempo los planes de austeridad neoliberal, las clases medias europeas se empobrecerán, o, en el mejor de los casos, acumularán importantes incertidumbres, que repercutirán negativamente en el consumo en general pero, obviamente, en el de vacaciones en particular. No hace muchos días el Diario de Mallorca iniciaba una información con el siguiente titular “Los recortes sociales en Reino Unido tienen en vilo al sector turístico balear”. ¡Todo un síntoma!
En conclusión, soy de la opinión de que hay que poner en el centro del debate turístico español el empleo, su calidad y cualificación y, al tiempo, enfatizar en la idea de que la pelea por el mantenimiento y mejora del estado del bienestar es también la pelea del presente de los que trabajan en el sector turístico.
Foto: BEC Bilbao. Quart congrés de FECOHT-CCOO
dilluns, 20 de desembre del 2010
Turismo, empleo y estado del bienestar
UN ARTICLE PUBLICAT A “CUADERNOS DE LA FEDERACIÓN” DE FECOHT-CCOO
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Interesante reflexión sobre el turismo y sobre su futuro. Muchas gracias por acordarte de nuestro proyecto e incluirlo en tu entrada.
ResponEliminaSaludos desde la Platja de Palma